Por: Andrés Archila
Abundancia. Colombia bien podría ser el país insignia en la dualidad de este concepto. “Hay pero no hay”, repetimos resignados. Tenemos de todo,pero, ¿dónde está? Apenas intuimos las respuestas...
Para entender un poco mejor este fenómeno, hice un viaje a la que se conoce como “la despensa agrícola de Colombia”: un lugar donde solo en arracacha se producen 54.000 toneladas al año según Diego Espitia, mi anfitrión, un productor joven miembro de la resistencia campesina del lugar.
Cajamarca es responsable de surtir buena parte del alimento del país, cuenta con suelos tan estratégica- mente ubicados entre ríos, volcanes y microclimas que su fertilidad es prodigiosa. Esa fertilidad la ha puesto en la mira de los que codician y por ella libran, hasta la fecha, sus luchas más trascendentales como pueblo. El texto a continuación no es más que una instantánea tejidita en clave poética de un lugar poético y abundante por naturaleza.
Nube que posas sobre el terrenal
cual cúmulo de vapor sixtino
sé aire de volar más fértil
exuda el agua de total frescura
Norte, centro de la tierra
gota alada que viaja
<<<<<<<<< centrípeta
ávida de edad y fruto
como alimento en potencia
Despojito de vida
recuerde
lo tímido de su mil a g r o .
/// p a s e ///
Una cosecha,
a que aquí germina la babaza blanca
del demagogo de turno
Una flotilla,
a que si aquí salpica algo, algo brota, mijo
En esta meseta circundada por los ríos
todo es sub|
|sistencia
/// r e s p i r a ///
De las faldas
de un macho confundido
niño afeminado
nacen los hijos de esta tierra
los
mismos
hijos
del Machín
Nacen
porque aquí
la cópula universal
pasa sin pudor
dejando el rastro de sus encuentros
e n e l s u e l o
Esos hijos
los crecientes y los nuevos
llegan a este L/A/P/S/O contrariados
rumiando la más nefasta idea...
Banquete que venga de su campo,
no tiene campo en su mesa.
Aquí
brotan de la tierra
los puños resistentes
de los morros prehistóricos
y de sol a sombra, compadrito
briegan trabajar
Se ha levantado
el velo histórico del olvido
y se ha esfumado la estampa
la viva estampa
del labriego
Todos
soberanos sin palacio
más siempre soberanos
del pellejo
para adentro
La paradoja crece salvaje
como la cidra en el cafetal.
Serpenteando
los caminos hacia arriba
a paso de m o t o c i c l e t a
aparecen las líneas
de un desfile de palmas
en el escurrir de los paisajes
Se izan
poco a poco
los banderines amarillos
y todo
todo lo que toca la luz
aunque parezca tierra
termina siendo oro
No es un secreto
acá abundan dos cosas
el oro que se empeña en quitar
el hambre
y el oro que simplemente
se empeña