Que el de girasol da cáncer, el de coco es la salvación y el de oliva solo sirve para la ensalada verde. Aquí unos consejitos para que aprenda a usar el aceite como es.

1. Cuidado se quema

El aceite debe calentarse a fuego moderado. No es conveniente llevarlo hasta su punto máximo porque se quema, pierde sus propiedades y justo ahí es que se producen las toxinas cancerígenas. Entonces, si al calentar echa humo, se pone oscuro o su olor es desagradable... es mejor dejar así.

2. ¿Y al fin con el de oliva sí se puede cocinar?

El denominado “virgen extra” es el más puro y delicado. Al llegar a una temperatura de hasta 130ºC antes de quemarse, no vale la pena ni echarlo al sartén. Se considera más como un aderezo para ensaladas, para acompañar platos de carnes y pastas, o para comer con pan. Otro tipo es el “extra virgen” (¿no se les ocurrió otro nombre más distintivo?), que es de una calidad inferior y alcanza una temperatura de hasta 160ºC sin quemarse. Por este motivo puede ser utilizado en su estado natural y también para cocinar. Por último, está el aceite de oliva “virgen”, que se quema a 215ºC. De los aceites de oliva, este último es la mejor opción al momento de freír.

3. Pero entre todos, ¿cuál es la mejor opción para freír?

En primer lugar, como dijimos, está el aceite de oliva “virgen”. En segundo, el aceite de coco “virgen extra”, cuyo punto de quema está en los 230ºC, es rico en vitamina E, polifenoles y sustancias antioxidantes que le dan estabilidad al enfrentarse a altas temperaturas, lo que significa que no produce los elementos tóxicos cancerígenos durante la fritura. Nuestra tercera opción es el aceite de girasol, especialmente el de alto contenido oléico.

4. Reutilice ¡Está de moda!

La clave para sacar el mejor provecho de los aceites está en su buena conservación. Si se usa para freír o cocinar, al finalizar se puede volver a utilizar siempre y cuando se filtre con un papel absorbente o colador para extraer cualquier impureza. De esta forma, se conservará limpio y durará más tiempo. Luego de este proceso debe guardarse en un envase cerrado y en un lugar oscuro, así se evita que se oxide y se impregne de olores externos.